Tras remontar el río Chubut, el 15 de febrero de 1877, el perito Moreno pronunció una profecía que delineaba el proyecto político de una élite que buscaba un país para pocos. La política de acumulación y explotación de los bienes comunes no respeta a la naturaleza ni a sus pobladores ancestrales. El positivismo, como justificación científica, explicaba la superioridad de la raza blanca sobre las otras y sobre la naturaleza, a quien intentaba dominar.
Moreno, pisoteando la sabiduría tehuelche y sin considerarlos humanos, impone su voluntad. En su afán de descubrir y bautizar, ese 15 de febrero, declamó ante el hoy llamado Lago Argentino