viernes, 3 de junio de 2016

1816 .2016, De independencias, virreinatos y otros relatos

Cuando Santa Fe peleaba contra el centralismo porteño

La ausencia de la provincia en el congreso de Tucumán y la actual actitud del gobierno provincial y la educación ante ese pasado, son parte de la charla con el historiador Miguel de Marco (h).
La provincia de Santa Fe, como tal, nació un año en 1815, cuando se declaró independiente del gobierno de Buenos Aires. Era una región que contaba con una ciudad, la secular capital, y aldeas con sus “pagos”, es decir, núcleos de población recostados sobre el Paraná, lidiando por la upervivencia, el hambre, y la desolación por el ir y venir de las tropas”, indica Miguel A. De Marco (h), investigador del Conicet, docente universitario y director de la revista "Rosario, su historia y región".

Institucionalmente, la adaptación al nuevo escenario político y económico surgido con la renuncia del Virrey del Río de la Plata producida apenas seis años antes había generado bandos y alianzas”, remarca.
El historiador y miembro de la Academia Nacional de la Historia y de las Juntas de Historia de Santa Fe y Rosario advierte que “hoy resulta imposible pensar la relación nación–provincias como en 1816, porque el federalismo de la Constitución de 1853 no es el mismo de la Federación artiguista o de la Confederación rosista. Aquel era un orden mucho más descentralizado”.
Era un momento de enfrentamientos entre la provincia de Santa Fe, que peleaba por su autonomía, y el gobierno centralista del Directorio”, sostiene De Marco.

En la Liga Federal

En relación al Congreso de la Declaración de Independencia de 1816, indica que “la ausencia santafesina en Tucumán se explica en buena parte por este conflicto que la abstrae, junto a toda la Liga de los Pueblos Libres (que lideraba Artigas) y que apoyaba a Santa Fe), de participar en acciones emprendidas por el Directorio”.
Al consultarlo sobre cómo se analiza esta cuestión en el ambiente académico, responde que “siempre ha sido objeto de debates lo que ocurre ante la conmemoración de los bicentenarios como el de la independencia. De hecho, puede verse el interés en la temática en función de la cantidad de eventos académicos: congresos, jornadas, publicaciones que refieren al Bicentenario. En todos, con menor o mayor extensión, está presente la cuestión de las provincias del Litoral”.
Y agrega: “Conformé un grupo con intención de indagar en la relación con el federalismo y la integración santafesina con el nombre Identidad más desarrollo, que en Rosario coordina la licenciada Viviana Mettifogo y, en Santa Fe, la doctora Gabriela Pauli. Queremos reflexionar y profundizar aquellos aspectos que hacen a los discursos identitarios y su incidencia en la definición de intereses regionales”.

La historia regional

En tanto, sobre el tratamiento del tema en las escuelas, indica: “Pienso que en las escuelas y colegios hay que enfatizar la historia de Santa Fe, la historia de la región, la historia local en su contexto nacional e internacional. Si bastara hablar en las escuelas estaría todo resuelto, porque información hay y los chicos acceden fácilmente por internet a la misma. La cuestión es reflexionar, pero no superficialmente…”
Creo además –agrega–, que hay que hacer alguna aclaración: de acuerdo al plan de estudios de la escuela secundaria, desde el cambio curricular de 2014 el tema y el período es parte de los contenidos de 3º año. Antes de ese año, se focalizaba mucho en la historia a partir de 1850 y efectivamente había poco espacio para desarrollar estas cuestiones”.
Pero admite que “de todos modos, depende fundamentalmente de la selección de contenidos y de problemáticas que cada docente (profesor o maestro) plantea en su clase. En todo caso, es cuestión a apuntar a la formación docente particularmente en el campo de la historia”.
Quizás debería implementarse un programa que jerarquice la historia regional y que en los institutos de formación docente se dé mayor espacio al aprendizaje de la historia regional y más aún de la provincia de Santa Fe, por su proyección nacional y, en especial, en el litoral”, explica el director de la revista mensual Rosario, su historia y región.
En relación al porqué desde el gobierno provincial no se retoma el pasado regional, aclara que “para poder enseñar y estudiar la historia regional se requiere una formación en la complejidad y la interdisciplina. Es decir, hay que renovar criterios metodológicos. Por otra parte, hay déficit de manuales referido a la historia de las regiones de Santa Fe”.
Las agendas educativas fijan temas prioritarios también en función de los lineamientos del Ministerio de Educación de la Nación. El camino es más federalismo en los contenidos y a nivel provincial más enseñanza regional. No creo que exista voluntad para desterrar o menguar la historia regional de las aulas sino más bien que no se conoce en su verdadera medida las posibilidades que ella ofrece para vincular al ciudadano con su historia y la defensa de sus derechos e intereses”.

López, Ramírez y Mitre

Por otra parte, en torno a la polémica sobre la actitud del brigadier López y Pancho Ramírez ante el proyecto de los Pueblos Libres, explica que “esta pregunta se puede contestar correctamente con una explicación de la pujas de las ciudades portuarias, y del influjo poderoso de Buenos Aires para captar voluntades y disponer del control de los procesos”.
Y, agrega “López y Ramírez, al menos en el plano de lo discursivo no tienen intención ni conciencia de traicionar a Artigas, el Tratado de Pilar en 1820 se firma con Buenos Aires pero se establece en el documento que se le enviará al jefe oriental para su ratificación. Además de las rivalidades regionales, entiendo que hay que mirar el fenómeno del caudillismo, que genera líderes que no comparten el poder y que, en cambio, compiten por él”.
Ante la consulta sobre el interés de la historia oficial en esconder ese otro proyecto de país, no centralizado y federal, igualitario, De Marco indica que “las políticas educativas nacionales se decidieron en Buenos Aires y con ella los contenidos. Los historiadores son hijos de su tiempo, de un entorno y una estructura determinada. Aún hoy, la mayor parte de los graduados universitarios de Buenos Aires ven a la historia de las provincias y regiones como algo irrelevante. A lo sumo algo de color, funcional al turismo”.
Ante la pregunta sobre Mitre, como historiador, responde: “Es un hombre que disponía de un fuerte compromiso con constituir una Nación y reconstruir la historia reciente. Las biografías de Belgrano y San Martín fueron pilares. Fue un historiador apasionado y erudito. Pero también fue periodista formador de opiniones y tendencias, militar, político, funcionario y legislador, y su interpretación del pasado se enmarcó dentro de “una construcción que reservaba a Buenos Aires el rol rector de la Argentina”.