El Vasco y Herminia Severini |
Tal es la vastedad del dolor que generaron y que es imposible medir ni reparar. Nada nos devuelve las llagas, las heridas ni los muertos.
Y sin embargo, hoy, es un buen día. Hoy, 5 asesinos, fueron condenados.
Hoy hay que agradecerle a los sobrevivientes de los centros clandestinos de detención, que son los que tuvieron los huevos de testimoniar sobre lo ocurrido.
Y hoy hay que recordar a nuestros muertos que solo querían un mundo mejor. Ni más ni menos".
(Nota del Editor: en 1984, antes de venirme a sobrevivir a Rosario pregunté a compañeros de Familiares de Detenidos sobre gente de confianza en Rosario. Así me hablaron de un tal Vasco Oyarzabay y Lilian Echegoy. Tras 28 años de caminar cerca, en la marcha de anteayer los volví a ver, como siempre, con dignidad y compromiso, grandes compañeros.)