Decían que que no se podía fotografiar a cosas como la esperanza, la rebeldía y la alegría. Pero un Silvio Moriconi con su altura se agachó y desde su oficio terrestre tomo semejante imágenes. Esas pibitas y otros hijos de HIJOS toman las banderas y candombean con la alegría de quienes crecieron entre gente que la pelea..... Decían que había punto final y olvido, pero está visto que no es tan simple aplastar a la ética y hacer desaparecer a la dignidad. (ver fotos) Rosario, 24 de marzo 2013