En el exacto corazón del centenario del Grito de Alcorta late la herida abierta de la concentración de tierras, ahora en manos de multinacionales. La misma región que agitó los discursos y abrazó la causa de los arrendatarios, allá por 1912, ve hoy cómo un puñado de empresas se queda con todo. concentración que se continúa a lo largo de toda la cadena productiva argentina. (texto completo)