luego pasaron las firmas mineras y turísticas, saqueadoras de
los bienes naturales, culturales.
Pero muchos pobladores y sus organizaciones resisten.
Como el Río Grande, que parece apenas en hilo en invierno,
con la prepotencia del Sol Andino que deshiela los olvidos,
en pequeños hilos de agua bajan y se juntan, hasta desbordar
su identidad
Comunidad Chalala (dos kilómetros al oeste de Purmamarca)
“Cuando se denominó Patrimonio de la Humanidad a la Quebrada, los lotes que podían costar dos mil pesos pasaron a valer 25 mil, entonces ya no pudimos tener donde levantar una casa. Llegaron los inversores y se construyeron lujosos hoteles, hubo algo más de trabajo, pero temporario”, dice Tito Ríos, dueño de una despensa en Chalala, la comunidad originaria que intenta levantarse desde hace unos 9 años, en la ruta nacional 52, unos dos kilómetros al norte de Purmamarca.
“Somos unas 85 familias, nos empezamos a instalar hacer unos 10 años. Hubo que pelear mucho para lograr la personería jurídica para constituirnos en comunidad. Antes vivíamos en las afueras y barrios de Purmamarca, alquilábamos y no podíamos acceder a viviendas. Ahora tenemos una organización comunitaria, hace poco conseguimos que nos instalaran la luz y hay muchos proyectos, pero todo se demora, resalta Tito en la puerta de su almacén. Su esposa vende artesanías en la feria de la plaza, una hija estudia odontología en La Plata, otro es policía en Jujuy y los tres menores viven con ellos en Chalala.
En la comunidad no funciona una escuela y los chicos cursan en Purmamrca. “Queríamos que una combi los traslade siempre, pero no pudimos conseguirlo aún y nos manejamos con remís. “Lo que es importante es la Biblioteca Popular que funciona gracias a la profesor Betty Vilte. Es una señora muy buena y los chicos trabajan mucho con ella”, explica Tito, ex policía .
“También .agrega- es importante tener una sala médica que era casi un hospital, muy bien montado. Pero, por problemas en su construcción, aparecieron rajaduras y se debió trasladar todo el material y llevarlo a la ciudad para protegerlo hasta que se repare la construcción”.
Sobre la organización territorial, explicó que “los lotes son comunitarios, no privados. Si alguno se va, el terreno o la casa lo sigue manejando la comunidad”. Los vecinos también cuentan con una cancha de básquet y fútbol, donde los pibes practican con un profesor de Educación Física, se está levantando un polideportivo que también será utilizado por la comparsa de Chalala para preparar el carnaval. En tanto, esperan la aprobación de proyectos para hacer talleres donde trabajar en telar, panaderías y carpintería.
“A mis hijos les digo que no podré dejarles una fortuna, pero si tendrán un estudio. Les cuento de Alejandro Patagua, un sobrino que estudió y ganó una beca para estudiar Medicina en Cuba, allí se recibió y volvió a trabajar en el país. Todo es esfuerzo, como el caso también de mi primio Tomás Lipán, conocido poeta y músico de la región.
En tanto, Tito también advierte que las cuestiones partidarias, la disputa entre los políticos de la región y sus referentes, hace que todo sea lento y que los intereses de cada grupo en sus “gestiones” hace que el proyecto sea manejado con criterios que no son los de la comunidad.