En el fondo del lago
Traful, coihues y cipreses permanecen sumergidos, pero erguidos. Hace
unos cien años, un sismo desgarró una lonja del bosque y la sepultó en
las profundas costas, frente a la villa. “El frío y la pureza de las aguas mantienen de pie al trozo de bosque”, explica el un lanchero.
También, a pesar de ser sumergida-por silencios e intereses
comerciales- parte de la historia de la región reaparece hoy en otros relatos.
Mientras la pureza y transparencia de las aguas dejan ver viejos y
grises árboles empecinados en mantenerse de pie en las profundidades,
la memoria ancestral resurge para contar otra historia, una distinta a
la los vencedores.
“Un destino diferente”, dicen los promotores
turísticos al ofrecer cualquiera de sus “productos”, pero Traful,
también tiene un pasado diferente ….